jueves, 3 de marzo de 2016

Brummelandia o los paraísos de Bond Street y Saint James


“Haciéndose dandy, el hombre se convierte en unmueble de boudoir, un maniquí extremadamente ingenioso”

Honorè de Balzac –Traité de la vie élégant.


 

La magnifica ciudad de Londres bien podría haber sido conocida hace doscientos años como Brummelandia: una ciudad entera atenta a los pliegues de la corbata de un hombre. Pero era, primero, la cuna de una cultura que sufría de las primeras expresiones de un característico mal de la modernidad occidental: la creciente desconfianza en los objetos. El dandy aparece como un héroe en esta escena, en la que es justamente llamado a abolir la figura del héroe. George Brummell podría ser contemplado como un simple personaje frívolo de otra época si no hubiera venido a aportar algo más que un nuevo arte para anudar la corbata. No fue casual que hasta el Príncipe de Gales, a quien tuvo como amigo de juventud, no perdiera nota de los agudos aforismos que escapaban de la boca del Beau. La esfera original de Bond Street, Saville Row y Saint James, las calles que vieron emerger el dandismo, no han dejado de orientar la moda masculina británica: Londres, como el lugar de nacimiento, todavía custodia el espíritu del dandy. Cerca de las grandes galerías de arte y de las subastas, en la elegante zona del Pall Mall, una estatua recuerda al Beau.



Durante la tediosa degradación de sus años en Francia, Brummell impuso el heroísmo de la inutilidad: seguir siendo inútil, siempre y en todas partes. Habiendo compartido la época y la ciudad con Jeremy Bentham, el principal teórico del utilitarismo, Brummell pudo vislumbrar en lo inasible, en lo apenas perceptible, un modo de redención ante la amenaza de los objetos, aparecidos cada vez más como ajenos al hombre, en una época que se sometía a una exageración casi idólatra del ornamento y al advenimiento de la mercancía.



La urbanidad a sangre fría y el vestir impecable: ese es el enfoque del dandy, el buen gusto como única distinción social. Hacia 1790 los contrastes tradicionales de riqueza y linaje dieron paso a una nueva movilidad, que Brummell anunció como la autoridad de la moda. Los estilos de moda masculina dominantes en la cultura contemporánea están en deuda con la filosofía del dandy. Los nuevos diseñadores buscan definir categorías para ilustrar cómo la idea del dandismo de Brummell aún se refleja y se encuentra presente en el vestuario masculino británico.



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