jueves, 10 de marzo de 2016

Urstaat y paranoia stalinista


¡La vuelta al mundo! Es mucho lo que tienen estas palabras para inspirar sentimientos de orgullo; pero ¿a dónde conduce toda esa circunnavegación? Sólo al punto de partida”

Herman Melville -Moby Dick.



Suponer la comunidad como espacio de las relaciones, no como territorio capturado, sino como lugar ”entre” los que vivimos implica comprenderla como prescripción, como la Ley misma1; “que esa comunidad se dé en la forma conminatoria de una ley”, dice Esposito, “significa al propio tiempo que no podemos obtenerla directamente, sin el filtro de un nomos que a la vez nos separa de ella porque no se hace obedecer completamente”2. Luego, lo que podría ser alarmante de ese cuadro de la morada común es su evolución como comunidad de amigos: la amistad, susceptible de traición, muta en la invariable estampa del enemigo interno, legendaria en los estados totalitarios donde la paranoia permite que del amigo brote fácilmente el símbolo de la autodestrucción. Así es como arribamos a una comunidad de enemigos en tanto amigos.



El Estado, al postularse como instancia original, tiende a la paranoia; el recuerdo del pasado es una amenaza. “No se puede remitir a un origen puro al cual volver como propio, porque ese origen también carecía de propiedad”3. Al proyectar su sombra sobre lo extraño, el estado se adueña de él y lo borra, pero el tirano paranoico no es el único dueño del aparato de la amenaza. Sobre el estado moderno Esposito dice:“no sólo no elimina el miedo a partir del cual originariamente se genera, sino que se funda precisamente en él, haciéndolo motor y garantía de su propio funcionamiento”4. Entonces, la aclaración entre forma-Estado y el tipo singular de Estado constituido en régimen totalitario, es vaga. La paranoia es la conducta cardinal de todo Estado en tanto aspirante a una fundacionalidad. El autoritarismo es el modo declarado, la forma en que esa manía no encuentra tregua en el discurso habiendo perdido el control de su tranquilidad. Así inicia la anulación del detractor virtual en su interior definido como objeto de su culpabilidad original, esa es su separación en más de una conciencia. El enemigo genérico del Estado, por otro lado, como creador de órganos diferenciados de poder, nunca dejará de ser lo mixto, lo funcionalmente diverso.

1“La ley -no la voluntad- está en el origen de la comunidad, hasta tal punto que se podría llegar a decir que comunidad y ley son lo mismo: ley de la comunidad, en el doble sentido del genitivo. La Ley prescribe la comunidad, que a su vez es el ámbito de pertinencia de la ley” Esposito, Roberto, Op. Cit. Pág. 116
2 Op. Cit. Pág.143
3Op. Cit. Pág. 175
4Op. Cit. Pág. 61

Parte previa: Gengis Khan y algunos paradigmas rioplatenses
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